Os invitamos a descubrir la transformación arquitectónica que sufrieron estos barrios, pasando de la casa tradicional y común, denominada “de cos”, al edificio urbano típico de principios del siglo XX. La sobriedad decorativa que caracterizaba las construcciones del siglo XVIII fue sustituida, a caballo de los siglos XIX y XX, por una
ornamentación hecha a partir de elementos industriales y artísticos como la forja, la cerámica o los esgrafiados, entre otros, que enriquecían las fachadas y accesos principales a las viviendas.