La muestra pretende poner de manifiesto el enorme impacto social, estético y cultural del diseño, capaz de convertir objetos comunes en piezas ejemplares y relevantes culturalmente. Además, demuestra que el diseño canaliza valores colectivos, patrimoniales, de identidades y ciudadanías múltiples y compartidas que nos permiten reconocernos o reconocer a los demás en la dimensión simbólica de los objetos.

La exposición también evidencia cómo el diseño dialoga con los grandes temas de la contemporaneidad e intenta aportar respuestas a los retos colectivos que tenemos como sociedad. Para lograr estos objetivos, la muestra vincula el pasado, que le otorga profundidad histórica, con el presente, que le otorga actualidad temática. La muestra pone de manifiesto la importancia que ha tenido esta disciplina en la ciudad desde el siglo XX hasta nuestros días, habla de su peso cultural y del papel que juega en la propia identidad urbana, contribuyendo a reforzar y enriquecer esta identificación.

Entre las piezas que se pueden ver en la muestra hay iconos del diseño autóctono como la silla Butterfly o BKF, las butacas Catalana y la del GATCPAC, las luces Disa de Coderch y TMC de Milà y Sagnier, las aceiteras Marquina, la fregona, el banco Catalano de Òscar Tusquets y Lluís Clotet, o la motocicleta Impala.